Inició el XXXVII Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez

• Este año se contará con la presencia de Graham Mckenzie, director del festival de música contemporánea del Reino Unido
• Además de realizarse en todos los foros musicales pertenecientes al INBA, extenderá sus conciertos a Puebla, San Luis Potosí y Michoacán.

Con la interpretación de la Obertura para un nuevo milenio (1993), de Federico Ibarra Groth, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la dirección, en esta ocasión, de José Luis Castillo, inició este viernes el XXXVII Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez (FIMNME).

Previo a ello, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, el subdirector general del Instituto  Nacional de Bellas Artes (INBA), Sergio Ramírez Cárdenas, recordó que desde que este foro internacional fue fundado por el violinista y compositor Manuel Enríquez hace 37 años  ha contribuido en  difundir la música de creadores de los cinco continentes, concretamente de los nacidos en México.

Dijo que en este año se contará con la presencia de Graham Mckenzie, director del festival de música contemporánea del Reino Unido, “con quien estamos estrechando lazos y firmando un convenio de colaboración” por tratarse del festival más importante de toda Europa.

Asimismo, informó que el FIMNME, además de realizarse en todos los foros musicales pertenecientes al INBA, extenderá sus conciertos a Puebla, San Luis Potosí y Michoacán.     

Luego de tocar la obra de Ibarra Groth, dedicada a Luis Herrera de la Fuente, la OSN hizo el estreno en México de la pieza Elegía (2011-2012), que le hizo ganar al argentino Ariel Hagman (1979) el Primer Concurso Iberoamericano de Composición Sinfónica Ibermúsicas 2013.

Esa pieza fue ampliamente ovacionada por el público mexicano, debido a que, entre otros motivos, está estructurada de acuerdo a varios poemas de Juan Gelman  y al desempeño y talento excepcional del pianista Carlos Adriel Salmerón.

Elegía “pretende abrazar emocionalmente estos textos tan profundos y tan humanos, donde los verbos, sustantivos y adjetivos se hacen uno solo. Y al mismo tiempo que su estructura poética es increíblemente compleja, su sonoridad y su accesibilidad los hacen de una dulzura y tristeza incomparables”,  ha comentado el compositor. Música y poesía se funden y se confunden para crear una bella pieza.  

A esa obra le siguió otra no menos importante y significativa: Elegía para orquesta (1991), del compositor Armando Luna, quien falleció en febrero pasado.

La pieza del compositor chihuahuense le hizo obtener la maestría en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Estados Unidos. A casi cinco lustros de su creación, la obra no ha perdido frescura. Es un canto fúnebre que Luna le compuso a su padre.

Al final del concierto la OSN ejecutó magistralmente la Symphonie de guerre para orquesta sinfónica núm. 386/390, de Andrián Pertout, quien hace una condena a las contiendas bélicas.