- Impartirá el investigador Agustín Sánchez González
- Los días 3, 5, 10 y 12 de marzo serán las sesiones
Para la mayoría de la gente, los nombres de Constantino Escalante, Santiago Hernández y José María Villasana, entre otros, son desconocidos, a pesar de que representan la edad de oro de la caricatura mexicana, es decir, la que corresponde a la época presidencial de Benito Juárez.
Lo anterior fue expresado en entrevista por el investigador Agustín Sánchez González, quien impartirá los días 3, 5, 10 y 12 de marzo, de las 11:00 a las 13:30 horas, el taller Historia de la caricatura en México. De La Tiranía de Linati al Rey Chiquito de Trino, en el Salón de Usos Múltiples del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). La actividad no tendrá costo, pero el cupo es muy limitado.
Agustín Sánchez González aseguró que la caricatura ha alcanzado mayor notoriedad con el transcurso del tiempo. En la búsqueda del conocimiento de este arte, la idea del taller es tratar de analizar el tema desde el punto de vista técnico y estético, así como del impacto que tiene en la vida diaria, para hacer un recuento histórico desde sus orígenes hasta nuestros días, explicó.
El también autor de más de 30 libros “que reflejan lo mismo la alegría por la vida, a través de una historia dedicada a Cri-Crí, que el malestar social expresado en el humor”, aclaró que no siempre ha existido la caricatura mexicana, en términos académicos, pues se le confunde con el dibujo satírico. Ambos géneros son muy diferentes entre sí, consideró.
Sánchez González, historiador formado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que la caricatura está relacionada con los medios de comunicación y la difusión masiva, mientras que los dibujos satíricos son de índole privada y no tienen impacto social.
La primera caricatura que se reconoce como tal se llama La Tiranía, atribuida a Claudio Linati y aparecida en la revista El Iris, en abril de 1826, informó el especialista en la obra de José Guadalupe Posada y Gabriel Vargas. Las primeras caricaturas se dieron a conocer por medio de litografías y, de hecho, los más grandes caricaturistas mexicanos son, a la vez, grandes litógrafos, señaló.
La segunda mitad del siglo XIX, en la época del presidente Juárez, “es la etapa de oro de la caricatura en México. En estos años, aparecen las mejores caricaturas, desde el punto de vista estético, político y cultural”.
El investigador del Cenidiap, que ha impartido más de cien conferencias en diferentes espacios culturales de México y España, explicó que en el taller también se dará un espacio a la caricatura realizada durante la Revolución Mexicana. Lo mismo se hablará de obras a favor de Porfirio Díaz que en contra de la propia contienda civil, pero en ambos casos se mostrará que contienen gran calidad estética.
Además de que se aborde el trabajo de Miguel Covarrubias, Marius de Zayas y Ernesto Guasp, entre otros, durante el taller se dará a conocer por qué los tres grandes caricaturistas mexicanos son Constantino Escalante, Santiago Hernández y José Guadalupe Posada.
Agustín Sánchez González recordó que la palabra caricatura proviene del latín carricare, que significa recargar o exagerar. “Una buena caricatura debe ser inteligente, contar con trazos estéticos de calidad y ser entendible para cualquier persona, pero a la vez ser crítica y responsable”, aseguró.
También debe ser seria y disfrutable para evitar situaciones embarazosas. El caricaturista, si quiere hacer una crítica feroz, debe hacer trazos geniales y referencias a lo que quiere decir sin caer en la vulgaridad. Por ejemplo, José Clemente Orozco, el gran muralista, fue uno de los caricaturistas más ácidos y contundentes que hayan existido en México, agregó.
Informes e inscripciones en la Coordinación de Difusión del Cenidiap, al teléfono 4155 0000, extensión 1122, y en el correo coyauqui@yahoo.com.mx
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