- La actividad formó parte del Año Dual México-Reino Unido
- Se efectuó en el Museo Universitario Arte Contemporáneo
Con los temas Museos, territorios y representación; Percepción contemporánea del objeto en el contexto “museo”, y ¿Museo mediatizado? comenzó la Cátedra Extraordinaria de Museología Crítica William Bullock, que se efectuó el 11 y el 12 de marzo en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), en el marco del Año Dual México- Reino Unido.
En la inauguración de la cátedra –que fue organizada por el British Council México, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)–, la coordinadora nacional de Artes Visuales del INBA, Magdalena Zavala, dijo que este encuentro abre nuevos espacios de reflexión sobre los cambios generados en los recintos museísticos en la actualidad, y que se editará próximamente una memoria con cada ponencia y propuesta de los especialistas participantes, provenientes de México, Reino Unido, España y Brasil.
La titular de Artes Visuales de la UNAM, Graciela de la Torre, señaló que la cátedra es una excelente oportunidad para analizar el papel de los museos en la sociedad. “Formular preguntas y avizorar respuestas es nuestra meta”, agregó.
Para el representante del British Council México, Edgardo Bermejo, este encuentro es un preámbulo de la estrecha colaboración que sostendrá en este año esta institución con el INBA y la UNAM, la cual se materializará con el montaje de diversas exposiciones.
Sobre la cátedra, sostuvo que impulsa un diálogo entre México y el Reino Unido, país pionero en el tema de la museología crítica a nivel mundial. “No debe olvidarse que el país europeo cuenta con cuatro de los diez museos más visitados en todo el orbe, y su ejemplo debe ser tomado en cuenta”, añadió.
Señaló que la museología crítica “reinventa” los vínculos entre el público y los espacios museísticos, por lo que se congratuló de que alrededor de 300 profesionales se hayan inscrito a esta cátedra que invita al pensamiento crítico.
Simon Knell, de la Universidad de Leicester –institución precursora en este campo de estudio–, impartió la conferencia magistral Museos, territorios y representación, durante la cual señaló que la museología crítica considera a estos espacios como el centro de la mayoría de las disciplinas profesionales, ya que lo mismo abarca sociología que política.
Con el apoyo de fotografías de museos que lo han impactado, algunos de ellos situados en Albania, Noruega, Australia, Taiwán, Estonia y Lituania, donde el nacionalismo es más recalcitrante frente a los más famosos de Europa, el experto apuntó que esos recintos son especies de mapas que nos ayudan a entender al mundo para ordenarlo.
“Los museos deben hacernos sentir con vida”, aseguró el catedrático en la Universidad de Leicester, institución que lleva medio siglo dedicado al debate y la reflexión sobre la materia.
“Europa es como América Latina, debido a que hablamos de una gran diversidad de países y de historias; es un espacio político, un territorio. Pero, ¿qué es Europa? Es un término que representa cosas distintas en el Reino Unido. Nosotros nos referimos a Europa como el otro, porque está al otro lado del Canal de la Mancha.
“Es un continente que no es el nuestro, porque somos una isla. Como nación tenemos la idea extraña de que existimos en algún lugar del Océano Atlántico. No somos europeos. Lo mismo sucede con los rusos cuando hablan de Europa, refiriéndose a un lugar aparte.
“Lo anterior significa que la museología crítica, en ciertos momentos, sí puede generalizarse en todos los ámbitos y hay cierta validez en ello. Por lo regular hablamos de los museos como si fuera lo mismo en todas partes. La museología crítica trata de identificar las particularidades y marcar las diferencias de cada uno”.
Percepción del objeto en el museo
La percepción contemporánea del objeto en el contexto “museo” fue el tema del debate encabezado por la ponencia de Rhiannon Mason, de la Universidad Newcastle, Reino Unido.
La profesora de cultura y arte habló sobre las características que hacen que un objeto resulte atractivo para la mayoría los visitantes de museos.
Relató un caso personal, en el que una colcha bordada en 1836, la cual no resultó impresionante para la mayoría de los visitantes, acaparó su atención al descubrir que en el cuadro central estaba escrito un verso de mujeres blancas hacia mujeres negras que perdieron a sus hijos al ser esclavizados.
Indicó que, a partir de eso, recordó algunos objetos que había visto en museos, por lo que indagó sobre la respuesta de los visitantes en torno a estos y sobre el concepto de notoriedad.
“La notoriedad es un proceso perceptivo por el cual se filtra información y nos ayuda a identificar a qué debemos poner atención. Tal es el caso de la publicidad”, aseguró.
“En los museos hay objetos con más resonancia que otros. Ello se debe a la experiencia de las personas y a la empatía cognitiva. Resonancia y empatía son perspectivas contemporáneas”.
Indicó que diversos estudios han explorado la naturaleza de los objetos y su importancia para los humanos: su diseño, función y producción, y qué nos pueden decir de su dueño, pues estos funcionan como extensiones del ser y expresan su identidad.
Expuso la teoría de Anthony Giddens sobre la identidad y la forma en que se relaciona la gente con los objetos, pues esas prácticas y hábitos personales las llevarán consigo a los museos.
Los individuos se identifican con los objetos, ya sea que pertenezcan a la propia cultura y se vea como algo nacionalista o como parte de la cultura del mundo, sin importar a quién pertenezca: al creador, al propietario, a los individuos o a grupos.
“De allí que el reto para los curadores sea cómo dirigirse a sus públicos e indagar qué puede significar un objeto en el museo”.
Rhiannon Mason señaló que los objetos deben proporcionar experiencias que promuevan la belleza, la introspección, la cognición y lo social; ser un estímulo para la conversación, y convertirse en una memoria colectiva.
“De allí la importancia por la forma en que los museos presentan sus colecciones y planean estrategias para conectarse con el entorno y el espacio; encontrar posiciones de identidad y empatía, y generar una actuación posterior”.
Ejemplificó con los museos del Holocausto, para los que Bill Clinton escribió un mensaje: “Tocará la vida de quienes entren aquí y cuando salgan estarán cambiados”.
Javier Gómez Martínez, de la Universidad Cantabria de España, indicó que en su país predominan los museos de arte y que es difícil encontrar un objeto como la colcha a la que hizo mención Rhiannon Mason.
Graciela Schmilchuk, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del INBA, habló de los estudios cualitativos sobre cómo los individuos utilizan los objetos y por qué unos ejercen poder de reflexión y generan resonancia. Mencionó, asimismo, que los indígenas no se reconocen en la museografía.
Conocimiento y placer
Durante la última actividad de la cátedra, la conferencia magistral Conocimiento, rito y placer en la museología, impartida por Luis Gerardo Morales, el investigador mexicano aseveró que William Bullock contribuyó a que se entendiera “la impureza completa con que nació el lenguaje museográfico, imbuido de las artes pictóricas y escénicas.
“El término museología en el mundo mediterráneo y en Latinoamérica es todo lo relacionado con los museos: procesos de transmisión de la memoria humana, de su atesoramiento y cuidado, investigación y comunicación; es una concepción de la tradición museológica francesa, y en México se aplica a toda la profesión museal”, explicó.
“Pareciera que toda persona vinculada al museo se le llama museólogo. Esta postura tiene varios inconvenientes al hacer un uso indiscriminado del término: lo hace parecer una metodología totalizante del quehacer. Sin embargo, la proliferación de varios museos, diplomados, seminarios, congresos y posgrados universitarios, particularmente en Latinoamérica, así como los estudios de historiografía, etnografía, arquitectura y diseño del patrimonio artístico y cultural, entre otros, han contribuido para bien o para mal al uso generalizado del concepto museología”, enfatizó el Luis Gerardo Morales.
“A William Bullock le tocó el periodo de las grandes transformaciones en el mundo, y en 1823 reveló el placer que tuvo al contemplar la ‘resurrección de la horrible diosa’ Coatlicue. La mirada de Bullock logró situar a la Coatlicue no tanto como una pieza arqueológica determinada, sino en el lenguaje escénico de la museografía. Edward Alexander definió a Bullock como el primer gran museólogo británico en hacer hablar a los objetos.
“Bullock experimentó en el mundo prehispánico el conocimiento y el placer, y fue criticado en los círculos académicos por sus fantasías. Fue un pleito que duró buena parte del siglo XIX”.
El investigador afirmó que Bullock hizo que las piezas prehispánicas fueran vistas desde un saber diferente, por ello fue nombrado como showman, por innovar en el lenguaje museográfico.
“La historiografía es más artificial, incluso más una expresión de códigos culturales, que el arte mismo, y debe estudiarse en su relación con la pintura, la escultura y la literatura contemporáneas. Las deficiencias de las museologías funcionalistas se explican en parte por la tendencia a soslayar la significación”, concluyó.
0 Comments:
Publicar un comentario